Del 27 de junio hasta el 3 de julio de 2022, un equipo de 40 personas de las universidades de Zúrich, Lausana y Humboldt de Berlín hizo una campaña de encuestas para el proyecto Rurican en La Palma. Trece estudiantes de la Universidad de Zúrich han escrito breves testimonios del viaje: este es uno de ellos, escrito por Katerina Kirova.
Algunas particularidades culturales y lingüísticas de las islas Canarias
— Hola, Nina. Estoy en el restaurante “La Placeta” de Santa Cruz de la Palma y hoy me apetece comer gofio. ¿Quieres venir?
— Antes que nada, tienes que explicarme qué es el gofio, nunca lo he comido.
— Ah, todavía no lo sabes. A modo de ejemplo, en las entrevistas que hicimos durante nuestra excursión a La Palma, algunos informantes nos contaron que el gofio es uno de los alimentos más conocidos de las islas Canarias, después del plátano. En otras palabras, se trata de un alimento muy energético, rico tanto en hidratos de carbono y fibras como en hierro, calcio, magnesio y sodio. Además, contiene vitaminas B1, B2, B3 y C. Normalmente, puedes consumirlo con leche o con café, pero también como aperitivo con cebolla y ajos fritos o como postre en forma de helado o mousse.
— Por otro lado, ¿sabes cómo se prepara el gofio? Parece difícil, sin embargo, no lo es. En primer lugar, se tuestan los cereales, generalmente maíz (antiguamente trigo, cebada o lentejas), se dejan enfriar y se muelen en molinos eléctricos, los cuales facilitan moler los granos (antiguamente ese proceso se hacía a mano en molinos de piedra). Tras moler el cereal, se refina la harina tamizándola y, por fin, se obtiene un producto fino, así como fácil de disolver en líquidos.
— Tal vez te estás preguntando, ¿cuál es el punto de partida histórico de este proceso? Te puedo decir que el gofio se produce ya a partir de los pueblos indígenas canarios conocidos como guanches de origen bereber, los cuales lo producían como sustento en épocas de hambruna que sufrieron las islas Canarias. Por eso, al principio, fue considerado como un alimento de las personas con bajo poder adquisitivo y, tal vez, por la misma razón, hoy en día, se consume siempre menos. Por último, debes saber que el gofio se ha extendido en diferentes partes del mundo, sobre todo en América Latina, a través de la emigración canaria de los siglos xix y xx.
Una voz de fondo:«En el restaurante mío se come el mejor gofio, señora». Después de haber escuchado estas palabras, Nina terminó la llamada y vino al restaurante.
Ahora bien, además de la llegada de Nina, querido lector, ¿te fijaste en la expresión de la propietaria del restaurante? Podemos notar la posposición del pronombre posesivo mío tras el sustantivo.
En el español canario, a diferencia del español peninsular, encontramos muy a menudo posesivos léxicos, es decir, formas tónicas en posición posnominal. De hecho, conforme con lo que afirma Miriam Bouzouitaen su artículo «El uso de los posesivos en contexto nominal en el español de las islas Canarias», estas últimas se sustantivan con el artículo como, por ejemplo, el restaurante mío.
Más aún, la forma tónica de la primera y segunda persona singular coinciden con las del español estándar, mientras que la tercera persona singular plantea situaciones de ambigüedad que ocasionan incomprensión, puesto que llega a confundirse con la segunda persona (para un solo poseedor) en las fórmulas de respeto, como indica esta misma investigadora. Por esta razón, los posesivos léxicos su(s) y suyo(s) se reemplazan por las dos construcciones analíticas de él y de ella cuando nos referimos a la tercera persona singular. A saber: su restaurante/ el restaurante suyo à el restaurante de él / el restaurante de ella. Así, suyo(s) se queda reservado exclusivamente para el significado de ‘usted’.
Aun así, quedan por explicar múltiples aspectos no solo gramaticales, sino también culturales, porque La Palma y, en general, las islas Canarias esconden mucho más: paisajes volcánicos, panoramas espectaculares, playas con arena negra y agua caliente que recogen a sus turistas. Pues aquí acaba mi charla con Nina que ha terminado de comer el gofio; espero haber despertado tu interés, querido lector, y espero haberte ofrecido algunas pistas para seguir investigando sobre las peculiaridades típicas de esta(s) isla(s). ¡Hasta pronto!