Del 27 de junio hasta el 3 de julio de 2022, un equipo de 40 personas de las universidades de Zúrich, Lausana y Humboldt de Berlín hizo una campaña de encuestas para el proyecto Rurican en La Palma. Trece estudiantes de la Universidad de Zúrich han escrito breves testimonios del viaje: este es uno de ellos, escrito por Samantha Widmer.
El salto del pastor
Realicé entrevistas por primera vez en el bachillerato. Escuchar los diferentes puntos de vista de la gente y entrar en contacto con ellos me atraía mucho ya entonces. Luego, a través de la Universidad de Zúrich y el proyecto Rurican, obtuve la oportunidad de participar en una investigación sociolingüística. Las entrevistas que realizamos resultaron muy interesantes y lo que más me impresionó fueron las diferentes historias personales de la gente y, sobre todo, el aspecto cultural de La Palma, que se mencionaba a menudo.
Un aspecto cultural muy especial de La Palma, por ejemplo, me fue señalado por un joven. Cuando le pregunté qué tradiciones especiales había en esta isla, me habló de un deporte llamado “salto del pastor”. Por supuesto, yo no tenía ni idea de lo que era y el joven me explicó que se baja o sube una montaña rocosa lo más rápido posible con una lanza. En este momento, solo pensé en cómo y a qué persona se le ocurrió convertir esto en un deporte.
Unos días más tarde nos invitó a comer en su casa un hombre mayor que estaba dispuesto a hacer una entrevista. En primer lugar, nos hizo ver una cueva tradicional donde la gente antes vivía realmente. Entonces, de repente, sacó dos largos palos de madera con la punta de metal y nos dijo que la gente del campo solía utilizarlos para desplazarse más rápido porque en la isla existen muchos obstáculos, como salientes o barrancos. Esto implicaba empujar la punta de metal en lo que normalmente era una zona baja y luego apoyarse en el palo de madera y saltar al otro lado. Fue entonces cuando por fin me di cuenta del origen de este deporte. Cuando le pregunté si esto era un deporte hoy en día, me lo confirmó y me dijo que se convirtió en un deporte para mantener viva la historia y la cultura de la isla.
Además, mencionó un aspecto lingüístico respecto a este tema, a saber, comentó que esta tradición era originaria de La Palma y quizás también de Tenerife y que luego apareció de repente en las otras Islas Canarias, donde “las lanzas” recibieron súbitamente otros nombres, como el garrote, la lata o el astia. Sin embargo, en su opinión, el término correcto para los palos de madera es lanza.
En conclusión, pude aprender mucho sobre la gente de La Palma y su cultura a través de estas entrevistas y conversaciones. Asimismo, este ejemplo cultural muestra, por un lado, que incluso a través de las generaciones, la misma tradición acude a la mente cuando se pregunta por una tradición especial de la isla y, por otro lado, también revela las diferentes perspectivas de las generaciones, porque el joven lo relacionó principalmente con el deporte y el mayor con la historia. No obstante, este ejemplo también demuestra que la iniciativa de vincular la historia con el deporte puede contribuir realmente a la preservación de una cultura.